domingo, 2 de septiembre de 2012

Opinión

¿Y qué pasaría si las palabras perdieran ese poder que despiertan nuestras esperanzas y reviven nuestra infancia?

¿Y si Alicia nunca hubiese ido a tomar el té, seguiría siendo divertido sólo verla retozar al pie del árbol?

Nunca jamás se reduciría a una simple expresión negativa sino, hubiésemos jugado y reído con los niños perdidos.

¿Qué pasaría sino pudiésemos viajar por esos mundos a los que nos lleva la lectura?

Viviríamos sin castillos mágicos, zapatillas extraviadas, manzanas envenenadas, y ese tan añorado y merecido felices por siempre.

Leer, que mejor manera para hacer de cada día un mejor día.


Por:   Juan Pablo Montoya Montoya

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